¿Sabes qué es?
Es la eliminación de las uñas del gato mediante una operación quirúrgica que consiste en amputar la última falange del dedo del gato, base del tendón retráctil y lugar del nacimiento de la uña. Con ella las uñas retráctiles que habría utilizado a lo largo de su vida para rascarse, jugar, caminar y defenderse desaparecen para siempre.
Pero lo que realmente no se sabe y queremos dar a conocer son los problemas que le podemos crear a nuestro gato con la desungulación, porque además del dolor que provoca en los felinos la operación, estamos conduciendo al pobre animal a no ser capaz de defenderse en una vida diaria ni a tener una conducta normal, ya que los felinos usan sus patas y sus uñas para prácticamente todo. Las uñas son imprescindibles para ellos.
Las uñas participan en casi cualquier cosa que un gato hace mientras está despierto: al despertar, el gato clava sus uñas en el rascador y tira haciendo fuerza contra la resistencia de las uñas para estimular y tonificar la parte superior de su cuerpo.
Con las uñas el gato araña. Y los gatos necesitan arañar. Arañar es una actividad ligada a la naturaleza del gato. Un gato araña varias veces al día: liberan estrés, marcan su territorio, ejercitan sus músculos, etc.
Las uñas también son necesarias para que el gato camine. Cuando se amputa el extremo, como ocurre en una operación de desungulación, el gato se ve obligado a modificar su postura de acuerdo con este cambio.
Y es importante mencionar que muchos gatos después de una cirugía de este tipo se vuelven agresivos y ya no quieren usar el arenero, ya que ciertos sustratos son muy dolorosos para sus sensibles patitas, esta, es la principal causa de abandono de gatos en Estados Unidos.
Nosotros en CVF no practicamos este tipo de cirugía ni la apoyamos bajo ninguna circunstancia la mutilación de ningún ser vivo sin fines médicos.